miércoles, 9 de abril de 2008

La Quimica en Ecologia


Extraordinariamente importantes en cuanto a la génesis de los suelos , los factores químicos tienen igualmente un papel considerable en ecología: contenido en calcio, en sales, en materia orgánica... El calcio está sobre todo presente en los suelos en forma calcárea. Interviene en la distribución de las especies vegeta les, siendo las unas calcicolas y las otras calcifugas: así, en la región parisiense, se puede citar, entre otras, como plantas calcicolas Ranunculus arvensis, el boj, el cardo corredor, y como plantas calcifugas Rumex acetosella, la gran digital, Spergula arvensis. el abedul, la encina sésil; en las regiones mediterráneas, Brachypodium ramosum, el romero, Lavandula latifolia, Erica multiflora, Cistus albidus y el pino de Alepo son calcicolas, mientras que, en los suelos siliceos, se encuentran Helianthemum guttatum. Lavandula stoechas, Erica arborea, Eescoparia, Cistus salvioefo lius y el pino marítimo. Algunas especies poco estrictas pueden localizarse en sustratos diferentes según las regiones donde viven: indiferentes, por ejemplo, en el sur de Francia, están ligadas a la caliza en el norte de Francia (encina pubescente, Bromus erectus).El potasio desempeña un papel importante en el metabolismo, aunque no forma parte de las moléculas orgánicas; un déficit de potasio en la planta implica un déficit de reservas hidrocarbonadas y retrasa la maduración de los frutos. El magnesio, por el contrario, entra en la composición de la molécula de clorofila: su carencia provoca clorosis: tiene también un papel biogeográfico. Algunas especies son endémicas de los desmoronamientos dolomiticos (Kernera alpina. Saxifraga cebennensis).Otros elementos (hierro. Manganeso, cinc, cobalto, boro, molibdeno, cloro y tal vez cobre) son también necesarios para los vegetales: son oligoelementos, que actúan en muy pequeña cantidad sobre el crecimiento. Algunos suelos al borde del mar o en regiones más o me nos secas poseen un alto contenido en sales, principalmente cloruros y carbonatos (algunas veces sulfatos). Los suelos salinos (cloruros), poseen una presión osmótica muy elevada, que perturba la absorción normal de agua (sequía fisiológica). Estas condiciones descartan la mayor parte de los vegetales superiores, y solamente algunas especies llamadas "halófilas" pueden desarrollarse allí. En las regiones templadas, a lo largo de las costas (lagunas saladas) y en numerosos estuarios, las riveras pueden ser colonizadas por un cierto número de plantas herbáceas o subleñosas, tales como Aster tripolium, Obione, diversas salicornias y armajos. En las mismas condiciones, pero en región tropical. se desarrolla un agrupamiento vegetal arborescente, el manglar caracterizado por los mangles (Rhizophora), con raíces zancudas, y las Avicenia. En los suelos alcalinos (carbonatos de sodio), la alcalinidad es demasiado fuerte, el ion sodio se vuelve un antagonista con respecto a la absorción de los otros iones y la estructura. asfixiante en invierno, no permite en verano reservas de agua suficientes. Estos suelos son ordinariamente aún más estériles que los suelos salinos.

La clasificación de los suelos

Los desechos vegetales que se acumulan sobre la tierra se transforman más o menos rápidamente, y los diferentes ti pos de edafogénesis crean suelos muy diferentes en función del clima, de la naturaleza de los desechos (ciertas especies son muy mejoradas, mientras que otras lo son poco. V EDAFOLOGiA). El estado bajo el cual el nitrógeno y el carbono están presentes en estos suelos lo mismo que sus grados respectivos (relación del carbono respecto al nitrógeno: C/N), son factores importantes para caracterizar estos humus, algunos de los cuales se forman sobre suelos calcáreos bien drenados ("mull cálcico"); la alcalinidad es bastante fuerte (alrededor pH8). y al ser la destrucción de los desechos vegetales rápida, la relación C/N es bastante baja, alrededor de 10; la flora neutrófila está compuesta por numerosos arbustos, tales como el bonetero, el cornejo, la alheña: como especies herbáceas, se pueden citar el mercurial y Brachypodium sylvaticum. El "mull forestal" que se forma sobre el suelo no calcáreo es ligeramente ácido (pH6), y la relación C/N está comprendida entre 10 y 20; se encuentra este mull en los bosques frondosos del oeste de Francia. El estrato herbáceo está compuesto normalmente por Melica uniflora, Milium effusum de ortiga seca y de aspérula olorosa. El "mor", que se localiza sobre todo en los bosques de resinosos y en las landas con ericáceas sobre suelos siliceos, tiene un pH bastante bajo (inferior a 5) y una relación C/N superior a 20, pudiendo alcanzar 3O. Las especies vegetales que viven en estos suelos son las que buscan los medios ácidos, es decir vaccinium myrtillus, el helecho águila y diversas ericas. Al lado de estos suelos humiferos aireados existen suelos asfixiados: las turbas. Algunas son calcáreas (turbas cálcicas, donde viven musgos hipnáceos, ciperáceas y canas). Otras, muy ácidas (turbas oligotrofas), se localizan con preferencia en los climas fríos y húmedos (montañas): el pH es muy ácido (del orden 4), y el grado en nitrógeno muy bajo; también la relación C/N es muy elevada (hacia 40). La planta que coloniza sobre todo estas estaciones es un género de musgos: los esfagnos,
Los factores bióticosAl lado de los factores climáticos, físicos y químicos, a los cuales acabamos de pasar revista y que influyen mucho sobre las poblaciones vegetales y animales, falta todavía examinar las acciones (interacciones) que existen entre los seres vivos. Se distinguen las que se producen entre individuos de la misma especie (reacciones homotipicas) y las que tienen lugar entre individuos de especies diferentes (reacciones heterotipicas).

Las reacciones homotipicas

Hay que citar ante todo el efecto de grupo , que corresponde a la vida en común de ciertas especies animales. Estas últimas sólo pueden subsistir si existe un número de individuos de la misma especie que vivan juntos (de 30 a 40 para los elefantes, de 300 a 400 para los renos y más de 10 000 para ciertos cormoranes del Perú). Pero, por el contrario, hay competencia (efecto de masa) cuando las poblaciones son demasiado numerosas para el territorio o la alimentación. Así, en un bosque, los efectos de la competencia tienden a imponer a los árboles un aspecto general esbelto (búsqueda de la luz). Por el contrario, la misma especie puede poseer hermosas ramas bajas y tener un aspecto denso cuando el individuo está aislado. A nivel de los órganos subterráneos, se establece otra rivalidad (abastecimiento de agua): en las zonas subdesérticas, la población arbórea muy escasa se debe a la extensión de los sistemas radiculares de los individuos, que están obligados a buscar la cantidad de agua necesaria para su vida en un enorme volumen del suelo.

Los factores ecológicos




Los factores ecológicos actúan directa mente sobre los seres vivos limitando su territorio, modificando su nivel de re producción y también, a veces, haciendo aparecer en el seno de una misma especie variedades que tienen exigencias ecológicas diferentes (ecotipos). Estos factores ecológicos no tienen naturalmente en todos los grados la misma influencia sobre todas las especies y en el seno de cada especie, sobre todos los individuos, cuya reacción depende de diversos factores: edad. sexo, estado de madurez sexual... Las especies con una extensión ecológica amplia se llaman eurioicas, mientras que las otras. con una especificidad mayor. se llaman estenoicas. Pero estos limites ecológicos pueden modificarse a consecuencia de interacciones de factores; así, en ciertos vegetales, las temperaturas letales inferiores se modifican (se elevan) a causa del aumento del grado de nitrógeno mineral en el suelo de cultivo. También hay que hacer constar que el desarrollo de los diversos organismos está limitado por los valores demasiado bajos de un solo elemento, aun cuando los otros elementos estén en cantidad suficiente: es la ley del mínimo (Jus tus von Liebig. 1840). Así, en las zonas frías, son las bajas temperaturas las que actúan como factor limitante (zonas de vegetación en la falda de las montañas o en las regiones polares): del mismo modo, para las zonas áridas, es el escaso contenido de agua en los suelos o las pocas lluvias quienes determinan el establecimiento de la distribución de los seres vivos, como en el sur del Sahara. Los factores ecológicos, extremada mente numerosos, son clasificados de diferentes maneras, según los autores. La clasificación más sencilla distingue los factores climáticos, edáficos (ligados al suelo) y bióticos, a los que se añaden a veces los factores topográficos y alimenticios. Otra clasificación, más fisiológica, distingue los factores energéticos, hídricos, químicos, mecánicos y bióticos. De una manera sucinta, entré los factores climáticos se distinguen los que están ligados a la temperatura, a las precipitaciones, a la luz y a los vientos. En cuanto a los factores edáficos, se separan ordinariamente en factores físicos (textura, estructura, hidratación) y en factores químicos: contenido en diferentes sales (en particular calcio), reacciones de pH (acidez) y de rH2 (potencial de oxidorreducción). En los vegetales, en lo que concierne a los factores bióticos, la competencia entre las especies, la actividad de la microflora y los fenómenos parasitarios juegan un gran papel: en los animales, se encuentra la acción de estos mismos factores, complicados por el hecho de que los individuos son casi siempre móviles. Finalmente, debe también considerarse la acción del hombre: es mucho más nefasta que benéfica para los ecosistemas naturales establecidos en nuestro planeta; desde hace tiempo se dejaba sentir, aunque débilmente en las regiones de civilización antigua, en la actualidad se ha extendido considerablemente y se ha ampliado sobre todo el globo a causa de los medios mecánicos y químicos gigantescos puestos en marcha (desbrozamientos, desecaciones, construcciones y contaminación).

Los factores climáticos

Ante todo, hay que distinguir los datos (temperaturas, higrometria, evaporación. lluvia) que corresponden a los climas regionales y que se obtienen por las observaciones de las redes clásicas de climatología establecidas en todos los países; estas observaciones se hacen en condiciones normalizadas, a dos metros del suelo encima de una superficie llana y cubierta de césped, para que las influencias locales estén lo más atenuadas posible. Las medidas, sintetizadas en medias treintañales, permiten, por una parte, eliminar las anomalías anuales, y de otra parte, no falsear las variaciones que podrían producirse en periodos más largos. Los datos, completamente suficientes para la climatología a escala de una región y del globo, no son, sin embargo, bastante representativos de los climas limitados a localidades más o menos reducidas,. como un flanco de colina, el fondo de un valle... así pues, se ha creado la noción de mesoclima. Pero, para conocer las condiciones donde están implantadas las biocenosis, condiciones bastante alejadas de las del clima regional y aun del mesoclima, ha sido necesario precisar las características bioclimáticas de estaciones a veces muy reducidas: es así que ha nacido la noción de microclima: por ejemplo en un sotobosque a diferentes alturas, en el estrato herbáceo de un prado, al pie de un acantilado, a la sombra de una roca, en una fisura... Los estudios microclimáticos se impulsan sobre todo en el sentido de la comparación entre las estaciones. Se estudia la marcha de ciertos factores climáticos sea en el curso de un día, sea en el curso de un lapso de tiempo más largo (semana. mes, a veces incluso año). Estas medidas precisas permiten determinar las causas de las modificaciones del comportamiento de las biocenosis fecha de desarrollo, eclosión, floración y así definir la ecología de estas poblaciones y especies.

La temperatura y la humedad

La temperatura y la humedad del aire y de los suelos son las dos características más importantes para apreciar el micro clima de los biotopos: estas medidas pueden efectuarse a diversas alturas por encima y por debajo del nivel del suelo, lo que permite establecer los gradientes de temperaturas y de humedad, y a menudo explicar la microlocalización de ciertas especies. La busca de la acción de las temperaturas tiene una gran importancia para comprender ciertas áreas. Así, en las regiones desérticas, pequeños animales (roedores, reptiles) se ven aislados durante el día en sus madrigueras para evitar pérdidas importantes de agua durante las horas demasiado calurosas del día: en las regiones frías, algunas especies subsisten durante la mala estación manteniendo una parte de sus órganos profundamente enterrados donde las temperaturas demasiado rigurosas del invierno no les pueden afectar. La humedad de una estación está en función de numerosos factores: primero de las precipitaciones, las cuales, por otra parte. pueden presentarse bajo múltiples formas (lluvia, nieve, niebla. rocío),después de la evaporación, condicionada por los vientos, la temperatura, la topografía y también por ciertos factores bióticos, tales como la cobertura vegetal. También es un estudio complejo buscar el balance de agua de una estación, balance que debe efectuarse tanto en el aire como en el suelo. Si la humedad relativa del aire se mide fácilmente, la cantidad de agua utilizable por las plantas en el suelo es mucho más compleja de evaluar. En efecto, el agua se encuentra en el suelo bajo diferentes estados. Así se distingue el agua de gravitación, que llena momentáneamente, después de los periodos de lluvia, los huecos más grandes de los suelos, y el agua de capilaridad absorbible, retenida en los poros teniendo por debajo de 0,2 mm de diámetro (es con mucho la fuente más importante para la alimentación de las plantas en periodo de sequía). Quedan todavía dos estados del agua en el suelo: el agua capilar no absorbible y el agua higroscópica, ambas son inutilizables por las raíces de las plantas. Para saber de qué agua disponen las plantas, se busca entre dos valores la "capacidad de campo". que da sensiblemente la cantidad máxima de agua capilar, y el "punto de marchitez", que es el grado inferior en agua capilar absorbible por las raíces. También es muy importante conocer la "energía de retención del suelo" para el agua; su evaluación se efectúa gracias a la determinación del "potencial capilar'. (pF). Pero. para que esta agua disponible sea utilizada por la planta, todavía hay que tener en cuenta ciertos factores bióticos, tales como la morfología del sistema subterráneo y la competencia entre las raíces de diversas especies o individuos; se distinguen así las raíces con extensión vertical, lateral, mixta o intensiva. Hay que intentar también evaluar las pérdidas de agua por transpiración y por evaporación de los biotopos; a esto corresponde la noción de "evapotranspiración potencial, para evaluar ésta, se han propuesto numerosas fórmulas, en particular por Thornthwaite, Turc, etc. Los biotopos pueden tener condiciones hídricas muy diferentes que influyen considerablemente sobre la ecología de las especies que los colonizan: se distingue la biocenosis acuática, que vive entera y constantemente bajo el agua: la semiacuática, o anfibia. las hidrófilas, que viven en los suelos cercanos a la saturación; las mesófilas, que tienen una necesidad moderada de agua (esa este tipo de biotopo que se adaptan la mayoría de las especies cultivadas); finalmente las xerófilas, que están adaptadas a un débil suministro de agua. La capa de nieve en los países fríos tiene acciones múltiples, pero es sobre todo un excelente abrigo protector contra el frío invernal; así. es frecuente comprobar la muerte de ciertas especies de alta montada cultivadas en el llano, y esto a causa de las heladas, no estando estas plantas suficientemente protegidas durante la estación fría. La nieve tiene también acciones mecánicas (aludes) y morfológicas sobre los árboles dándoles, por lo menos a algunos, una forma de columna. Su presencia acorta a veces el periodo de vida activa en algunas semanas; el caso más típico es el de los " valles con nieve", donde se puede encontrar toda una zonación de plantas "quionófilas", ordinariamente plantas vivaces, rastreras, de desarrollo rápido y pudiendo incluso empezar a florecer antes de que se funda total mente la nieve.

La luz

Al lado de la temperatura y de la humedad, otro factor climatológico importante en ecología es la luz, bien sea por la duración de la iluminación, por la intensidad, o igualmente por su calidad, es decir por la acción de diversas longitudes de onda. La duración de la iluminación está en función de la latitud: la desigualdad de los días y de las noches, debida a la inclinación de la Tierra sobre la ecliptica, influye mucho en el desarrollo de los vegetales: así, algunos no pueden formar capullos más que en un periodo de días cortos (crisantemo), mientras que, para estas mis mas plantas, los días largos habrán sido favorables al crecimiento de las partes vegetativas (hojas y tallos); el microclima artificial producido en las avenidas de nuestras ciudades por la iluminación nocturna retrasa la caída de las hojas de ciertos árboles plantados en la ciudad. Estas características de longitud del día son una de las diferencias fundamentales que existen entre los climas de las altas montadas de las regiones ecuatoriales y templadas y los de las regiones polares. En los laboratorios de fisiología vegetal, en particular en los phytotrones, se emprenden numerosos estudios sobre comportamiento de las plantas según la duración de la iluminación. La variación de la intensidad luminosa provoca modificaciones muy numerosas en la fisiología de las plantas superiores, pero es también una de las causas de la distribución de ciertas especies: en efecto, existen "plantas de luz", o " plantas heliófilas" (alcachofa, melo cotonero, cedro). mientras que otras prosperan en una intensidad mucho menor (hiedra, pervinca, helechos, musgos). La nebulosidad tampoco se puede despreciar, ya que este fenómeno atenúa, en ciertos casos considerablemente, las intensidades luminosas; así, en montada media, existe una zona con nebulosidad importante que permite la completa expansión del haya; aquí no se trata sólo de la luz, también interviene el factor humedad. Hay que señalar que la intensidad luminosa al llegar al suelo disminuye notablemente a medida que se progresa en latitud, por el hecho del aumento del ángulo de incidencia; esto compensa en ciertos periodos (mes de junio) el alargamiento de la duración del día. y la suma de energía diariamente proporcionada por el sol sobre una misma área es entonces sensiblemente la misma entre 20º y 80° de latitud N. Finalmente, hay que señalar el claro aumento de la intensidad luminosa recibida en altitud, debida a la disminución del espesor de la atmósfera atravesada en las capas especialmente densas: este aumento de la intensidad luminosa tiene sobre todo una acción morfológica importante (reducción de las partes vegetativas, y mayor intensidad en la pigmentación de las flores).En los lagos, se pueden distinguir tres zonas correspondientes a las diferentes intensidades luminosas que allí llegan: la zona litoral, con gran iluminación, donde viven las fanerógamas enraizadas; la zona limnética (sin plantas enraizadas). donde la fotosíntesis es todavía superior a los efectos de la respiración y donde, por consiguiente, puede haber crecimiento del fitoplancton; por último la zona profunda, que está situada por debajo del nivel de compensación de la fotosíntesis, es decir, por debajo del nivel de mar donde fotosíntesis y respiración tienen la misma importancia. La calidad de la luz actúa muy poco en ecología. Se observa, no obstante, una estratificación en el reparto de los organismos según la profundidad de las aguas marinas; se debería a la desaparición progresiva de los diferentes tipos de radiaciones más o menos absorbidas por las capas de agua. Así, hasta los 50 metros, más o menos, la fotosíntesis es sensiblemente normal: es la zona eufótica.Por debajo, la zona oligotrófica desciende hasta los 500 metros: solamente algunos cocolitofóridos, provistos de pigmentos rojos, pueden utilizar las radiaciones azules que penetran hasta allí. Un fenómeno análogo se encuentra en los diferentes estratos del bosque tropical. pero allí intervienen a la vez la calidad de la luz y sobre todo su notable disminución a medida que se acerca al suelo.

El viento

El viento actúa como agente de transporte; en efecto, interviene en la polinización anemófila (fecundación de las palmeras, por ejemplo), en el desplazamiento de las semillas (semillas aladas de los arces). Juega también un papel en la construcción (o la destrucción) de ciertos suelos. Así, las dunas marítimas ven crecer su pendiente cara al mar, y a veces se instalan allí una serie de cubiertas vegetales resistentes a las coberturas de arena que pueden alcanzar 40 cm en un año.Pero estos desplazamientos eólicos pueden, por el contrario, provocar descalzamientos, erosiones que atacan los suelos, llevándose las partes más blandas, en algunas regiones más o menos áridas o con un cultivo intensivo, en particular en el centro de los Estados Unidos, donde los tornados, a pesar de la vegetación, pueden llevarse cantidades considerables de tierra. En la montaña, el viento tiene también importantes acciones; impide el crecimiento de las ramas: los árboles entonces se reducen a un tronco vertical que no tiene ramaje más que en un solo lado (a manera de bandera). Un fenómeno análogo se encuentra en las costas: los árboles están inclinados en el sentido del viento, y las ramas están torcidas y aun a veces aplastadas contra el suelo; estas anemomorfosis se encuentran corriente mente en los pinos marítimos cuando están al borde del mar. En Bretaña y en las costas del canal de la Mancha estos fenómenos son bastante corrientes

Conceptos Basicos


Ecosistema

Los ecólogos emplean el término ecosistema para indicar una unidad natural de partes vivientes o inertes, con interacciones mutuas para producir un sistema estable en el cual el intercambio de sustancias entre las plantas vivas e inertes es de tipo circular. Un ecosistema puede ser tan grande como el océano o un bosque, o uno de los ciclos de los elementos, o tan pequeño como un acuario que contiene peces tropicales, plantas verdes y caracoles. Para calificarla de un ecosistema, la unidad ha de ser un sistema estable, donde el recambio de materiales sigue un camino circular.
Un ejemplo clásico de un
ecosistema bastante compacto para ser investigado en detalle cuantitativo es una laguna o un estanque. La parte no viviente del lago comprende el agua, el oxígeno disuelto, el bióxido de carbono, las sales inorgánicas como fosfatos y cloruros de sodio, potasio y calcio, y muchos compuestos orgánicos. Los organismos vivos pueden subdividirse en productores, consumidores y desintegradores según su papel contribuyendo a conservar en función al ecosistema como un todo estable de interacción mutua. En primer lugar, existen organismos productores; como las plantas verdes que pueden fabricar compuestos orgánicos a partir de sustancias inorgánicas sencillas por fotosíntesis. En un lago, hay dos tipos de productores: las plantas mayores que crecen sobre la orilla o flotan en aguas poco profundas, y las plantas flotantes microscópicas, en su mayor parte algas, que se distribuyen por todo el líquido, hasta la profundidad máxima alcanzada por la luz. Estas plantas pequeñas, que se designan colectivamente con el nombre de fitoplancton, no suelen ser visibles, salvo si las hay en gran cantidad, en cuyo caso comunican al agua tinte verdoso. Suelen ser bastante más importantes como productoras de alimentos para el lago que las plantas visibles.
Los organismos consumidores son heterótrofos, por ejemplo, insectos y sus larvas, crustáceos,
peces y tal vez algunos bivalvos de agua dulce. Los consumidores primarios son los que ingieren plantas; los secundarios, los carnívoros que se alimentan de los primarios, y así sucesivamente. Podría haber algunos consumidores terciarios que comieran a los consumidores secundarios carnívoros.
El
ecosistema se completa con organismos descomponedores, bacterias y hongos, que desdoblan los compuestos orgánicos de células procedentes del productor muerto y organismos consumidores en moléculas orgánicas pequeñas, que utilizan como saprófitos, o en sustancias inorgánicas que pueden usarse como materia prima por las plantas verdes. Aún el ecosistema más grande y más completo puede demostrarse que está constituído por los mismos componentes: organismos productores, consumidores y desintegradores, y componentes inorgánicos.
La estructuración de un ecosistema consta de la biocenosis o conjunto de organismos vivos de un ecosistema, y el biótopo o medio
ambiente en que viven estos organismos.

Hábitat y nicho ecológico

Para escribir las relaciones ecológicas de los organismos resulta útil distinguir entre dónde vive un organismo y lo que hace como parte de su ecosistema. Dos conceptos fundamentales útiles para describir las relaciones ecológicas de los organismos son el hábitat y el nicho ecológico. El hábitat de un organismo es el lugar donde vive, su área
física, alguna parte específica de la superficie de la tierra, aire, suelo y agua. Puede ser vastísimo, como el océano, o las grandes zonas continentales, o muy pequeño, y limitado por ejemplo la parte inferior de un leño podrido, pero siempre es una región bien delimitada físicamente. En un hábitat particular pueden vivir varios animales o plantas.
En
cambio, el nicho ecológico es el estado o el papel de un organismo en la comunidad o el ecosistema. Depende de las adaptaciones estructurales del organismo, de sus respuestas fisiológicas y su conducta. Puede ser útil considerar al hábitat como la dirección de un organismo (donde vive) y al nicho ecológico como su profesión (lo que hace biológicamente). El nicho ecológico no es un espacio demarcado físicamente, sino una abstracción que comprende todos los factores físicos, químicos, fisiológicos y bióticos que necesita un organismo para vivir.
Para describir el nicho ecológico de un organismo es preciso saber qué come y qué lo come a él, cuáles son sus límites de
movimiento y sus efectos sobre otros organismos y sobre partes no vivientes del ambiente. Una de las generalizaciones importantes de la ecología es que dos especies no pueden ocupar el mismo nicho ecológico.
Una sola especie puede ocupar diferentes nichos en distintas regiones, en función de factores como el alimento disponible y el número de competidores. Algunos organismos, por ejemplo, los animales con distintas fases en su ciclo vital, ocupan sucesivamente nichos diferentes. Un renacuajo es un
consumidor primario, que se alimenta de plantas, pero la rana adulta es un consumidor secundario y digiere insectos y otros animales. En contraste, tortugas jóvenes de río son consumidores secundarios, comen caracoles, gusanos e insectos, mientras que las tortugas adultas son consumidores primarios y se alimentan de plantas verdes como apio acuático.

Redes tróficas y alimentarias


Se estima que el índice de aprovechamiento de los
recursos en los ecosistemas terrestres es como máximo del 10 %, por lo cual el número de eslabones en una cadena alimentaria ha de ser, por necesidad, corto.
Sin embargo, un estudio de campo y
el conocimiento más profundo de las distintas especies nos revelará que esa cadena trófica es unicamente una hipótesis de trabajo y que, a lo sumo, expresa un tipo predominante de relación entre varias especies de un mismo ecosistema. La realidad es que cada uno de los eslabones mantiene a su vez relaciones con otras especies pertenecientes a cadenas distintas. Es como un cable de conducción eléctrica, que al observador alejado le parecerá una unidad, pero al aproximarnos veremos que dicho cable
consta a su vez de otros conductores más pequeños, que tampoco son una unidad maciza. Cada uno de estos conductores estará formado por pequeños filamentos de
cobre y quienes conducen la electricidad son en realidad las diminutas unidades que conocemos como electrones, componentes de los átomos que constituyen el elemento cobre. Pero hay que poner de relieve una diferencia fundamental, en el cable todas las sucesivas subunidades van en una misma dirección, pero en la cadena trófica cada eslabón comunica con otros que a menudo se sitúan en direcciones distintas. La hierba no sólo alimenta a la oveja, sino también al conejo y al ratón, que serán presa de un águila y un búho, respectivamente. La oveja no tiene al lobo como único enemigo, aunque sea el principal. El águila intentará apoderarse de sus recentales y, si hay un lince en el territorio, competirá con el lobo, que en caso de dificultad no dudará en alimentarse también de conejos.
De este modo, la cadena original ha sacado a la
luz la existencia de otras laterales y entre todas han formado una tupida maraña de relaciones interespecíficas. Esto es lo que se conoce con el nombre de red trófica.
La
red da una visión más cercana a la realidad que la simple cadena. Nos muestra que cada especie mantiene relaciones de distintos tipos con otros elementos del ecosistema: la planta no crece en un único terreno, aunque en determinados suelos prospere con especial vigor. Tampoco, en general, el hervíboro se nutre de una única especie vegetal y él no suele ser tampoco el componente exclusivo de la dieta del carnívoro. La red trófica, contemplando un único pero importante aspecto de las relaciones entre los organismos, nos muestra lo importante que es cada eslabón para formar el conjunto global del ecosistema.

Definición de Ecología


La palabra ecología proviene del griego Oikos, que significa casa o lugar donde se habita y de logos que significa estudio. Etimológicamente significa, el estudio del lugar donde se habita.
Según la definición propuesta por Haeckel, Ecología, indica el cuerpo de conocimiento relativo a la economía de la naturaleza, con otros términos, la investigación de las relaciones totales del animal con su ambiente tanto orgánico como inorgánico, las cuales incluyen sobre todo su relación amistosa y hostil con aquellos animales y plantas con los cuales entra directa o indirectamente en contacto. Más brevemente, la Ecología es el estudio de todas las interrelaciones complejas, a las que se refería Darwin, así como las condiciones de lucha por la existencia.